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5 formas de criar hijos felices

Como papás queremos criar hijos que sean felices, que crezcan con bienestar, que sean buenas personas y que sean capaces de salir airosos ante las dificultades que la vida les presente. ¡Hijos felices debe ser tu concepto de éxito!

Te identificas con este pensamiento, ¿cierto? Ahora te preguntarás qué prácticas puedes emplear para alcanzar el objetivo de criar hijos felices. Vamos por partes.

Bien, lo primero que debes tener en cuenta es que cualquier acción que decidas emprender debe estar guiada por el amor, el respeto y la tolerancia.

Te presentamos cinco consejos que puedes seguir para criar hijos felices.

 

1.  Demostrar amor

Una de las claves para criar hijos felices es demostrar el amor que sentimos por ellos. Si el niño se siente amado, tendrá una buena base para un desarrollo emocional saludable; por lo tanto, será una persona más feliz.

Entonces, no pierdas oportunidad de decirle a tu hijo cuánto lo amas, valora sus capacidades y esfuerzos, respétalo.

Así mismo, sonríele, abrázalo y dedica tiempo para compartir con tu niño. Así, lograrás que se sienta más apegado a ti, que sea más receptivo a los valores que quieres inculcarle y a las enseñanzas que quieres transmitirle.

Para fortalecer el vínculo con tu hijo, puedes poner en práctica los siguientes consejos:

  • Pasa tiempo a solas con tu hijo. Jueguen y lean juntos, compartan alguna actividad que le guste mucho a ambos.

 

  • Habla con tu hijo, conversen, pregúntale y permítele que te pregunte cómo estuvo tu día. Interésate por saber qué hizo y qué aprendió. Escúchalo, no te distraigas con el teléfono, dale toda la atención posible en el espacio que dispongan para hablar.

 

  • Intenta crear un ambiente distendido en la casa. Sabemos que no es fácil y que no siempre lo conseguirás, pero hay que tratar. El buen humor no debe faltar en las relaciones familiares.

 

  • Coman juntos; trata de que al menos una de las comidas del día se comparta en familia. Eso sí, sin pantallas de por medio, solo cara a cara para conversar y disfrutar de la comida juntos.

 

 2.  Tiempo para jugar 

Si quieres criar hijos felices, permíteles que jueguen. Los niños necesitan tiempo para jugar todos los días, para imaginar y soñar.

El juego es parte fundamental para el desarrollo emocional de tu hijo. Por lo tanto, dale espacio para que juegue solo, con amigos, incluso contigo en ocasiones.

No recargues su día a día con actividades escolares. Estas son importantes, claro, al igual que las responsabilidades que a medida que crece vas asignándole a tu hijo, pero ten en cuenta que el juego también es fundamental.

Cuando jueguen, trata de no entrometerte; deja al niño en su mundo, con sus propias reglas.

 

3. Fomentar la empatía

Fomenta la empatía en tu hijo, guíalo para que reconozca sus emociones, pero también las de los demás. Así mismo, dales ejemplo, que vean en ti actitudes de respeto, preocupación y tolerancia hacia los sentimientos de otras personas.

Igualmente, anima a tu hijo a resolver sus dificultades con otros mediante el diálogo, y enséñale a dar las gracias, es decir, a expresar verbalmente su aprecio por las personas que hacen algo por él: su propia familia, maestros, amigos.

También es importante que lo ayudes a tener empatía con las personas fuera de su círculo familiar o de amigos y que pueden estar en situación de vulnerabilidad; por ejemplo, un niño nuevo en la clase. Reflexionen juntos sobre lo que esa persona podría estar pasando, y cómo podría acercarse a ella y ayudarla si lo necesita.

Asimismo, aconseja a tu hijo a que haga amigos, pero sin forzarlo; permite que sea el propio niño quien explore y establezca relación con otros sin intervenir.

4.  Expresar emociones

Otro de los consejos que puedes poner en práctica para criar hijos felices es dejarles expresar sus emociones y aceptar sus sentimientos.

Acompáñalos cuando expresen su frustración, rabia, tristeza, intenta comprenderlo y que sepa que no está mal demostrar sus sentimientos.  Dile que lo entiendes, abrázalo, cuéntale una experiencia similar que te haya ocurrido, y hazle saber que si necesita ayuda, ahí estarás.

Luego, cuando esté más tranquilo, pueden hablar sobre la forma en qué expresó sus sentimientos y acerca de cómo podría en otra oportunidad reaccionar de otra manera, sin que eso signifique negar sus emociones.

Estimular a tu hijo para que gestione mejor sus emociones contribuye a su felicidad.

Para ayudarlo en este proceso, te sugerimos que lo guíes para:

 

  •     Reconocer y ponerle nombre a sus emociones. Que el niño hable de lo que siente lo ayudará a identificar la emoción y a gestionarla mejor.

 

  •  Comprender que hay límites; es decir, que aunque no le guste una decisión de los papás y eso lo haga enojar, tiene que respetarla. Pero el niño tiene que saber por qué se estableció ese límite, por lo tanto, tienes que explicárselo con claridad.

 

  •  Practicar la resolución de conflictos. Puedes hacerlo mediante un ejercicio o juego de roles, reproducir una situación que haya afrontado y ver las opciones que tiene para resolverla de manera positiva en una próxima oportunidad.

 

5.  Halagar las fortalezas

Para la crianza de hijos felices es importante que nos comuniquemos con ellos de forma positiva. Por esta razón, intenta halagar las fortalezas de tu hijo, apreciar las cosas que hace bien, y estimularlo a superar los contratiempos y fracasos.

Considera que si destacas solamente cuando se porta mal o cuando comete un error, contribuyes a que se forme una imagen negativa de sí mismo.

Pero, atención, no halagues solo por halagar, no seas condescendiente porque el niño se dará cuenta. Felicítalo y alaba sus esfuerzos y logros solo cuando en verdad se lo merezca, y estimúlalo a mejorar, siempre, como hemos dicho, utilizando afirmaciones positivas.

Por último, no quieras ni intentes que tu hijo haga todo a la perfección. Permítele equivocarse, cometer errores, porque esta es la mejor manera de aprender.

Si tienes oportunidad, reflexiona con tu hijo sobre ello, acerca del esfuerzo y la constancia como valores fundamentales por encima de conseguir siempre un resultado ganador o de éxito.

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